miércoles, 8 de abril de 2015

¿Un sueño idealista o el nuevo paradigma de la sociedad justa?


    El presente artículo que comparto con ustedes, estimados amigos, es el borrador de lo que seguramente se convertirá en el prólogo de un nuevo libro sobre el cual estoy trabajando desde hace un tiempo. En ningún caso se trata de un texto acabado y definitivo, ni en su parte conceptual o textual
     Entonces tal vez se pregunten ¿para qué compartirlo? Pues bien, la razón es como siempre lo digo, no el hecho de expresar opiniones, perspectivas u ópticas sobre la realidad en forma de verdad axiomática o ley universal y pragmática inalterable. Sino por el contrario, se trata de someter cada palabra a la consideración de quién la lea, con el objetivo de promover la discusión y la crítica sobre aquellos aspectos más subjetivos, que paradójicamente condicionan latente y sensiblemente nuestra realidad objetiva.
    A este respecto, agradezco desde ya todos y cada uno de los comentarios que sobre lo aquí expuesto se hagan. Ahí está la verdadera intencionalidad del artículo, promover el diálogo, el intercambio y la retrospectiva e introspectiva sobre la sociedad en la cual nos toca convivir y algunos de sus aspectos menos evidentes.

(Parte I)

  Al formarnos o prepararnos para vivir en un mundo que debe ser medido y pesado, o al menos para sobrevivir a él, dónde  en la valoración del triunfo o de lo exitoso, se hacen prevalecer los aspectos cuantitativos por sobre los cualitativos que les resultan extraños a los sistemas científico-matemáticos predominantes. Nos formamos y nos forman en la teoría del “Ganar- Perder” y no en la de “Ganar- Ganar”, puesto que ésta última presenta una redundancia absurda para las viejas bases paradigmáticas según las cuales se entiende el mundo. Es decir, nos presentan un mundo nuevo pero a través de un cristal que solo permite la observación de una limitada gama de colores ya conocidos. Un paradigma  materialista en un sentido muy acotado del término parece regir toda la estructura valorativa que se toma como válida y real por parte de las ciencias duras, a quienes, por otra parte, se les encarga la tarea de poder representar el universo humano. En otras palabras, se le pide a disciplinas teóricamente objetivas la representación y explicación sobre la conducta de cosas totalmente subjetivas.
     Como es lógico al colocarse en una posición tan radical, algunas disciplinas que son la base para el estudio de las sociedades en la actualidad, sustentan su idoneidad para la tarea recurriendo al expeditivo método de “si no lo puedo representar y no está probado, no existe”. Con lo cual sólo toman en cuenta aquello ya creado, lo que se puede contar. Si bien es cierto que en la práctica las cosas no ocurren totalmente de este modo, las bases filosóficas sobre las que se cimentan las mediciones gráficas a las cuales generalmente se recurre son éstas. Partiendo desde este punto de vista se puede concluir entonces que para los sistemas métricos actuales o al menos aquellos más utilizados en la medición de la actividad humana, primero se crea una forma material objetiva y luego se cuantifican y enumeran sus características obteniendo la condición de objeto real y existente.
    Tomando lo antes dicho como una verdad incontrastable, nos encontramos ante la dura revelación de que el alma no existe, peor aún las ideas tampoco y la felicidad por ejemplo sería una superstición o en el mejor de los casos una anomalía o un desajuste de la conducta, por mencionar algunos ejemplos rápidos, pero como ya se habrán dado cuenta la lista se puede ampliar exponencialmente. Ahora bien, por qué traigo a colación estos puntos de vista, cuando nos referimos a teorías como el “Ganar-Ganar” y “Ganar-Perder”. Pues por la sencilla razón de que ambas posturas, que en la actualidad han comenzado a ser bastante analizadas surgiendo respectivos defensores y detractores, se encuentran sustentadas en la génesis de las mismas por posturas filosóficas concordantes o contrapuestas con esta ya bastante desactualizada forma tradicional de ver al mundo, y de expresar o dar sentido al término “realidad”, como podremos ir descubriendo más adelante.
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Autor:

D.R.B

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